Gabriela Albergaria

16 junio - 22 julio 2006


> www.gabrielaalbergaria.com

> Imágenes de la exposición (zip 9.8M)

 
         
 

Para Liquidación Total Gabriela presenta el proyecto “Indígenas y exóticas”, una reflexión en torno a la colonización de las plantas en el territorio europeo.

Como punto de partida elige dos lugares emblemáticos de la ciudad de Madrid, el Jardín Botánico y el Jardín Tropical de la Estación de Atocha, y a partir de ahí analiza el comportamiento de las personas en esos espacios y ante lo que Gabriela llama “su necesidad de Naturaleza”.

El análisis se materializa en esta exposición en una serie de dibujos y fotografías de ambos jardines, en las que observamos la relación entre las personas, las plantas y esos espacios de ocio creados de manera artificial pero que asociamos a la idea de naturaleza,

También presenta una animación realizada por ordenador del crecimiento de un “jardín mágico” junto una intervención específica en la propia sala.

Todo el trabajo de Gabriela Albergaria gira entorno a la idea de Naturaleza y paisaje. Gabriela es una amante de los jardines. Cuando su padre murió se hizo cargo del jardín familiar. Sabía lo que tenía que hacerse según cambiaban las estaciones. Su madre nunca se encargó de cuidar el jardín, se dedicaba a la casa. El jardín había formado parte de la casa desde hace más de tres generaciones. Allí es donde, como su padre, ella aprendió a andar. Conocía cada camino, cada rincón y como artista ha utilizado esta experiencia.

Gabriela Albergaria trabaja con la naturaleza y su representación/recreación, y para ello utiliza muy distintas técnicas: instalaciones, intervenciones, maquetas, dibujo y fotografía. Todo ello se corresponde con visiones en cierta forma idealizadas de una naturaleza que la artista domestica a partir de su propia subjetividad y que filtra a través del paso del tiempo, del peso de la emoción y del ejercicio de la razón.

 

 

La artista portuguesa construye maquetas de los jardines y las muestra junto a fotografías que toma de ellas. Las maquetas están construidas con ramas, hojas y otros elementos que busca y que combina obteniendo como resultado la reconstrucción de un jardín. Después ilumina estas maquetas y fotografía detalles y vistas obteniendo imágenes que se encuentran entre lo real y lo artificial. En un principio sólo exponía la maqueta, con lo que esta ambigüedad era más evidente. Más tarde decidió combinar la maqueta y las fotografías en la sala de exposición, lo que permitía al espectador ser consciente del “truco” que tenían las imágenes. Se trata entonces de construcciones de construcciones. Los jardines son una construcción, el hombre construye un paisaje o varios en un mismo lugar.

En la obra de Gabriela está presente esta oposición entre lo real y lo artificial. En gran medida la idea de Naturaleza en el arte se ha conformado gracias a representaciones de paisajes aparentemente reales, pero que se componían de fragmentos de realidad ensamblados por el artista en su estudio dando como resultado un paisaje ideal. La artista cuestiona la relación entre Naturaleza (bien sea salvaje o construida) y la viabilidad de su representación.

Pero no sólo reflexiona sobre la representación, si no también sobre los usos del paisaje, la naturaleza y el jardín. En muchas ocasiones, los jardines que nos encontramos en las ciudades europeas han cambiado su función, de servir como jardín de esparcimiento para una familia real o noble, o de estudio y cultivo de especies venidas de otros continentes se han convertido en lugares de recreo y visita para ciudadanos y turistas…

No sólo maquetas, Albergaria también construye a gran escala: introduce en una galería o sala de exposición un árbol real. En el Project Room del CCB de Lisboa en 2004 taló un árbol muerto y lo “recompuso” en el interior del centro. En esa ocasión y reutilizando la técnica del esqueje fue ensamblando las ramas al tronco creando una instalación también a caballo entre lo orgánico y lo artificial en la que la textura de las ramas y el tronco contrastaba con el brillo de los tornillos de



 

metal. Junto a esto, la artista presentó una instalación en la puerta de la sala de exposiciones, como una gran puerta de madera, que denominó puerta de invernadero, unos cestos de mimbre que reproducían los cestos que venían cargados con nuevas especies de plantas de las expediciones científicas del siglo XVIII y un vivero con plantas que habían crecido en el jardín del Museo. Todo ello bajo el título de “Recoger, transplantar, colonizar”. Con ello, hace referencia a la gran transformación que sufrieron los jardines europeos en la segunda mitad del XVIII, debido a los esfuerzos de científicos y botánicos que trajeron a Europa un número sin precedentes de flores, plantas, árboles y arbustos y al desarrollo de la Ciencia y la Botánica.



Planta tomatera


Cartel informativo del Jardín Botánico
 


Arriba: Jardín Mágico, video-proyección.
 
         
   
         
Colabora